EL CÓNDOR FIEL

Fernando nació a principios del siglo XX en la provincia argentina de Santa Fe. Desde pequeño a Nando (como le llamaban los amigos), como a cualquier otro niño de su edad, le gustaba pasar el rato jugando en la calle, excepto por la salvedad que a él y sus amigos les gustaba ir a jugar a la zona del puerto. Y fue ahí donde vio por primera vez a alguien adulto pateando una pelota, que no eran otros que marinos europeos que pasaban las horas muertas corriendo tras un balón junto al mercante que les llevaba destino a Asunción.

Desde ese día Fernando tuvo claro que quería dedicarse al fútbol, y por eso convenció a su padre para que le dejase apuntarse a jugar con el Club Central de Córdoba, mientras los domingos se las ingeniaba para colarse en el estadio de Parque Independencia y ver al Newell's Old Boys de sus amores. Pronto destacó como un gran central, adaptó sus características al gusto que la tradición leprosa requería, gracias a ello fichó por Newell's y poco después ascendió al primer equipo, donde dejó de ser Nando y se convirtió para la afición en "el Cóndor".




Las temporadas pasaron y se convirtió (como dicen los ingleses) en un "one club man", es decir, toda su carrera futbolística la desarrolló en Newell's, y no porque no tuviera ofertas para irse, que las tuvo, sino porque él solo se hubiera marchado del club de sus amores si le hubiese llegado una oferta de Francia, país de donde eran los marinos que le enseñaron este deporte. Y esa oferta le llegó con 32 años. Al acabar el presente Torneo Apertura ficharía por el Lille de la Ligue 1, pero la vida es a veces injusta, y a 4 fechas para concluir la liga, tras uno de sus famosos vuelos para despejar de cabeza un balón, el Cóndor aterrizó mal y su rodilla crujió. Adiós a la temporada, al precontrato con el Lille, y también a su carrera futbolística.

A los pocos meses anunció su retiro definitivo en una multitudinaria rueda de prensa donde centenares de aficionados le despidieron coreando su nombre, y desde entonces nada más se supo de él. Abandonó su casa, su barrio, y los rumores le empezaron a situar en multitud de escenarios, muchos de ellos poco deseables.

Pero tras casi 8 años el Cóndor volvió a aparecer, y no lo hizo en los bajos fondos de Rosario como algunas malas lenguas predijeron, sino en el norte de Francia y con una multitud de micrófonos frente a él, ya que se trataba de la rueda de prensa de su presentación como nuevo mánager del Stade de Rennes. Había pasado esos 8 años sacándose el título de entrenador en Europa y trabajando en las divisiones inferiores del Rennes para adaptar su estilo táctico al gusto del equipo, con lo que pasó del 4-3-3 de su época de jugador en Newell's a un estilo 4-4-2 clásico ahora que era entrenador.

Y ahí sigue 5 temporadas después aquel niño llamado Nando, que pasó a ser "el Cóndor", y que ahora es conocido como Don Fernando Longoni, mánager idolatrado en Rennes por haber ascendido al equipo a Ligue 1 y haber también logrado mantenerlo entre los grandes sin traicionar el tradicional estilo de juego de la entidad. Un personaje que lleva toda la vida adaptándose a las circunstancias para lograr un único objetivo: trabajar haciendo lo que le gusta y donde le place, primero como jugador en el equipo de su alma y después en Francia como entrenador en el país que le hizo amar este deporte.


Comentarios